A la luz, sí: a la luz de las intensas jornadas vividas en Jalisco durante el mes de marzo, en el marco del #8M: Día Internacional de las Mujeres, es necesario afinar la mirada que ponemos en cada una de las expresiones que nos interpelaron y sentir, pensar e identificar nociones, conmociones e intuiciones a partir de las demandas, exigencias y las reivindicaciones lanzadas desde las distintas manifestaciones de las jóvenes y mujeres. Detenernos en los mensajes y preguntas que emergieron.

Las marchas, actos, movilizaciones y encuentros, fueron resultado de un trabajo tejido por mujeres de distintas edades que son parte del amplio movimiento feminista, donde se hace evidente que las amigas y las redes de apoyo entre mujeres han sido ese lugar seguro que les mantiene vivas, unidas, esperanzadas.

Desde la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres, en colaboración con la Secretaría de Cultura y la Dirección del OPD de Museos, Exposiciones y Galerías de Jalisco, abrimos un espacio de reflexión en torno a las marchas y las consignas expresadas en el marco del Día Internacional por los Derechos de las Mujeres #8M a través de un ensayo fotográfico, en el que apoyadas por imágenes potentes capturadas por Grisel Pajarito durante las marchas en Guadalajara, puestas en diálogo con la pluralidad de consignas y exigencias de carteles recolectados al día siguiente de la marcha, podemos identificar al mismo tiempo denuncia y reconocimiento, ausencias sociales e institucionales, así como presencia y apoyo de redes sororas y colectivas.

Lo que salta común en distintas marchas y consignas en todo México y América Latina, es la voz de mujeres cansadas de vivir sucesos de violencia e historias de desigualdad. Hartas de vivir con miedo, de experimentar amenazas constantes de parte de varones, de soportar relaciones dispares y agresiones con sus padres, hermanos, parejas, jefes, profesores…porque a todas en algún punto de su historia personal, familiar y social, les ha tocado experimentarlo. Es evidente el clamor que exige: ¡Basta ya!

Decir que “lo personal es político” implica que nuestras circunstancias cotidianas personales y nuestra vida privada no son vivencias aisladas sino parte de un sistema político, social, económico y cultural que debemos cambiar y transformar para generar condiciones de vida digna, libre de violencias y en igualdad. Implica reconocer que construir un nuevo cambio requiere de la participación comprometida y sostenida de todas, todos y todes, de la sociedad en su conjunto, incluyendo, por supuesto, las instituciones del Estado.

Estamos conscientes de que la ruta pendiente nos plantea muchas acciones en distintos niveles. Por eso quisimos proponer este espacio para compartir este ejercicio de recuperación de imágenes que hablan por sí mismas. Para no olvidar. Porque estas, nos plantean de manera clara los reclamos desatendidos de las colectivas, las niñas, las jóvenes y las mujeres en torno al estado actual del ejercicio y la apropiación de sus derechos humanos.

Reconocemos que una parte central pendiente se encuentra en la falta de acceso a la justicia y la impunidad, que afecta directamente a las mujeres que se atreven a denunciar a los agresores y a los acosadores, y que al cabo, incide negativamente en la calidad de vida de todas. Si además le sumamos los procesos de revictimización por los que con frecuencia atraviesan al ser cuestionadas sobre su apariencia física, su actividad, las razones y el horario o lugar en el que sucedieron las agresiones, su forma de vestir, las personas que les acompañaban, entre otras insinuaciones cargadas de prejuicios que terminan culpabilizándolas de la agresión recibida, minimizando el impacto de la violencia en sus vidas, el panorama no es esperanzador.

 

 

 

 

 

 

Denuncias en torno a la falta de acciones de atención y prevención social y comunitaria, carencia de sanciones, de acceso a la justicia y reparación del daño, apuntan directamente a la responsabilidad que tenemos las instituciones, a la necesidad urgente de actuación eficiente y certera en medio de una sociedad atravesada por múltiples violencias que no pueden tolerarse más.

 

Lo que estas consignas nos exigen, al gobierno y a la sociedad en su conjunto, es el cumplimiento de las obligaciones de respeto y garantía de los derechos humanos de las mujeres. Sí, hacernos cargo en y desde el gobierno es imprescindible, y lo tomamos y asumimos con responsabilidad, porque la magnitud del fenómeno reclama de toda la sociedad.

Una apuesta política a favor de los derechos humanos de las niñas y mujeres. Estamos convencidas de que los derechos humanos son la mejor carta de navegación en un mundo desigual e injusto, y que requiere de acciones concretas para desmontar ideas, comportamientos, actitudes y prejuicios que están en detrimento de la dignidad y la libertad de las mujeres, y por ende, de la libertad de todas las personas. 

La emergencia a que nos obligan las distintas expresiones presentes en las marchas #8M nos permite identificar los caminos y sus desafíos; atender a la necesidad de este diálogo que en medio de la intensidad quedó manifiesto, es la oportunidad para trazar una hoja de ruta para que las leyes y políticas públicas para la igualdad en Jalisco tengan por referencia las realidades expresadas: las necesidades y los anhelos particulares de las niñas, las jóvenes y las mujeres en materia de igualdad y de una vida libre de violencia para todas ellas, en materia de la vida misma.

En ello nos comprometemos.

Edición fotográfica: Liliana Macías